Asientos Grammer neumáticos, ergonómicos y máximo confort

Los asientos son una herramienta de trabajo vital, pero ¿sabemos regularlo y utilizarlos correctamente?

Aquí os dejamos unas pinceladas para conseguir ese bienestar que nos permitirá trabajar con comodidad a través de nuestros asientos:

 

Paso 1: Graduar el asiento a nuestro peso y altura:

Lo primero, y más importante, es graduar nuestro peso. La suspensión es el elemento clave en el confort de un asiento Grammer, el elemento que frenará y absorberá  las vibraciones que llegan al cuerpo a través de la cabina. Cada suspensión, mecánica o neumática, se ajusta de forma diferente: de forma manual, electrónica o automática. ¡Debes asegurarte de colocarla en el peso correspondiente!

Seguidamente, ajustaremos la altura. La regulación de la altura es una  combinación entre la altura, el recorrido de las guías inferiores, el ángulo del cojín inferior y el respaldo del asiento Grammer. Lo único importante para una buena posición es que los muslos y el tronco del cuerpo formen un ángulo de 90º a 100º aproximadamente. Así, combinando la altura con la proximidad o lejanía al volante y pedales mediante las guías, buscaremos el punto óptimo de comodidad.

 

Paso 2: Distancia de Brazos y Piernas:

Hay que tener una idea muy clara para regular a la posición de las piernas: no podemos perder nunca el contacto con los pedales del vehículo. De este modo, no debemos tener muy retirado el cuerpo hacia atrás; o, por el contrario, demasiado cerca impidiéndonos movimientos con la suficiente soltura.

Lo importante para una buena posición de brazos es tener los muslos y el tronco del cuerpo formando un ángulo de 90º a 100º.

 

Paso 3: Apoyo de la Espalda:

La mayor parte de los asientos Grammer disponen de soporte lumbar, ya sea neumático o mecánico, y este debe ajustarse a la espalda de cada usuario. La mayoría de los problemas de salud a largo plazo de los conductores son por lesiones crónicas en la espalda.

 

Paso 4: Apoyabrazos y Prolongación de Respaldo:

¿Cuantas veces nos quejamos de tener cargado el cuello durante o al final de un largo viaje o jornada de trabajo? El peso de nuestros brazos lo sujetamos con las manos en el volante y, en el otro extremo, con la zona superior de nuestro tronco. ¿Por qué no lo descargamos con unos apoyabrazos bien regulados? Unos buenos apoyabrazos deben permitirnos una doble graduación: altura y ángulo de caída.

La prolongación de respaldo nos permite descargar el cuello de tensión cuando no necesitamos controlar los trabajos en el campo y vamos circulando por caminos y carretera.

Con estas indicaciones, disponemos de los elementos básicos para obtener un mínimo de comodidad. La comodidad es indispensable en un trabajo y la propia precisión del mismo. No obtenerla degenera en situaciones de estrés e, incluso, peligro.